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Hematogeriatría o cómo atender de forma especializada e individual a los pacientes más mayores con cánceres de la sangre

Hematogeriatría o cómo atender de forma especializada e individual a los pacientes más mayores con cánceres de la sangre

25/01/2019
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Muchos tipos de cánceres hematológicos afectan a personas de edad avanzada. Evidentemente, estos pacientes tienen realidades físicas diferentes. ¿Cómo se actúa con ellos?, ¿reciben los mismos tratamientos?, ¿tienen una atención especializada? Hemos querido hablar con el Dr. Raúl Córdoba, coordinador de la Unidad de Linfomas del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid y especialista en Hematogeriatría.

Además de tu especialidad como hematólogo y tu dedicación al campo de los linfomas, nos interesa mucho hablar de cómo afectan las enfermedades hematológicas malignas a las personas de edad avanzada. En primer lugar, para centrarnos un poco y para que no haya dudas, ¿qué consideráis en hematología “una persona de edad avanzada”?

Dr. Raúl Córdoba: En oncogeriatría y en hematogeriatría, se considera que una persona tiene edad avanzada cuando tiene más de 70 años. Se ha definido ese punto de corte, porque es a partir de los 70 años cuando la “edad cronológica”, es decir, los años que hemos cumplido, puede ser diferente de la “edad biológica”, es decir, la reserva funcional que tenemos para enfrentarnos a las enfermedades.

¿Qué tipos de neoplasias hematológicas afectan más a las personas de edad avanzada?

R.C: La gran mayoría de las neoplasias hematológicas, o también conocidas como cánceres de la sangre, se dan con más frecuencia en pacientes con edad avanzada. Enfermedades como el mieloma múltiple, los linfomas no Hodgkin, las leucemias agudas, la leucemia linfocítica crónica, entre otras, se diagnostican con más frecuencia en la década entre 65 y 74 años, y a medida que cumplimos años, la incidencia aumenta.

¿Existen protocolos de tratamiento diferentes?

R.C: Sí que existen protocolos de tratamiento diferentes. Hasta hace poco, la edad era un criterio para decidir un esquema de tratamiento, o si un paciente era candidato a recibir un trasplante de progenitores hematopoyéticos. Hoy en día, con las herramientas de valoración geriátrica, podemos identificar a un grupo de pacientes de edad avanzada que tienen reserva funcional para enfrentarse a tratamientos más intensivos con intención curativa. Son los pacientes a los que llamamos “robustos” o “fit”.

Suponemos que muchos tratamientos más agresivos o incluso los trasplantes de progenitores hematopoyéticos no se pueden aplicar en algunas personas de mayor edad por las comorbilidades con otras dolencias o por su estado físico. ¿Qué métodos alternativos se emplean? ¿Nos puedes hablar de los trasplantes de intensidad reducida?

R.C: Los trasplantes de progenitores hematopoyéticos se están aplicando cada vez a personas de edad más avanzada. Si hace un par de décadas no se realizaban a personas mayores de 50 años, hoy en día se están haciendo hasta los 70 años. Los trasplantes de intensidad reducida no es más que una estrategia de reducir la toxicidad provocada por la quimioterapia o la radioterapia que damos antes de infundir las células progenitoras en el trasplante. Es cierto que es menos tóxico, pero en ocasiones, menos efectivo, y los pacientes presentan más porcentaje de recaídas. Y en el caso del trasplante alogénico, no debemos olvidar una de las complicaciones más temidas, la enfermedad del injerto contra el huésped (EICH), que es más frecuente que ocurra en este tipo de trasplante, y se acompaña de elevada morbilidad y mortalidad.

¿Existe hoy en día la especialidad de hematogeriatría? ¿Lo consideras fundamental? ¿En qué crees que aporta un grupo de colaborativo como el GEHEG? ¿En otros países se trata a este colectivo de manera diferente?

R.C: La hematogeriatría es una disciplina dentro de la especialidad de Hematología y Hemoterapia. Nos da herramientas para poder adaptar el tratamiento a los pacientes mayores con enfermedades de la sangre. Es una forma de dar un tratamiento lo más individualizado posible a nuestros pacientes. España es pionera en impulsar la hematogeriatría, siendo referentes dentro de los grupos de “Hematología y Envejecimiento” de la Asociación Europea de Hematología (EHA) y de la Sociedad Americana de Hematología (ASH). En 2017, España fue invitada a presentar en el congreso americano de hematología su experiencia en valoración geriátrica en pacientes mayores con neoplasias hematológicas, y sus datos con la escala GAH, una herramienta diseñada por geriatras y hematólogos españoles. Tuve el honor de representar a España y poder participar en este congreso tan importante.

Seguramente en personas mayores, la realidad socioeconómica o de dependencia es muy distinta. ¿Cuáles crees que son los puntos a destacar y/o las mejoras en este aspecto?

R.C: Un aspecto fundamental de la hematogeriatría es que no sólo nos centramos en la enfermedad, sino en los pacientes. Atendemos aspectos como su independencia, si se valen por ellos mismos, si tienen o precisan ayuda, su estado emocional, nutricional, etc, y lo más importante de todo esto no es únicamente identificarlos, sino poder intervenir para solucionarlos y que así puedan afrontar mejor las terapias que les ofrecemos. La participación de los geriatras en la intervención es clave para el éxito del tratamiento.

¿Crees que en España hay mucha heterogeneidad en cuanto a recursos y protocolos de tratamiento de cara a estos pacientes?

R.C: En España hay heterogeneidad en cuanto no hay geriatras en todos los centros hospitalarios, y donde los hay, no están formados en oncogeriatria ni hematogeriatría. Por ese motivo, las sociedades científicas como SEHH, SEOM y SEGG han creado grupos de trabajo en hematogeriatría y oncogeriatría para tratar de reducir la heterogeneidad que podemos encontrar.

¿Tienen l@s enfermer@s o l@s gestor@s de caso un papel diferente con este colectivo?

R.C: El papel de l@a enfermer@s es fundamental en este proceso. La medicina del futuro hacia donde tenemos que dirigirnos va encaminada a estar “centrada en el paciente”. Esto quiere decir que todos los profesionales sanitarios que participan de los cuidados del paciente deben de trabajar en equipos multidisciplinares. Y entre ellos, por supuesto, se encuentran l@s enfermer@s.

¿Qué deseas y qué consideras qué estaréis haciendo en hematología dentro de 15 años?

R.C: Desde la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia se está trabajando para que todos los avances y la innovación, tanto en métodos diagnóstico como en nuevos tratamientos, llegue por igual a todos los pacientes. Es indispensable que se cumpla el principio de equidad. Y respecto a los pacientes mayores, el Grupo Español de Hematogeriatría está trabajando para que esa equidad llegue a los cuidados de los pacientes con enfermedades de la sangre y que tienen una edad avanzada, y en los que hay que individualizar aún más el plan de cuidados que precisan.

¿Un deseo, consejo o mensaje de apoyo para los pacientes hematológicos?

R.C: El principal mensaje para los pacientes con enfermedades de la sangre es el del optimismo y la esperanza. La Hematología es una rama de la medicina donde se están produciendo los avances más rápidamente, y con gran impacto tanto en la supervivencia de los pacientes, como en una mejor tolerancia y calidad de vida. Un consejo que le daría es que confíen en su hematólogo, y le transmitan todas las inquietudes y dudas que tengan. Si su hematólogo no se lo puede resolver, podrá ponerse en contacto con otro compañero para que entre todos ayudemos a cuidarlos.

¡Muchas gracias!

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