Santiago
Santiago nos explica su experiencia personal al donar un poquito de vida: su médula ósea.
"Cuando recibo el boletín del REDMO, leo algo en los periódicos o en los suplementos relacionado con los trasplantes, me acuerdo de que andará por ahí un chaval...y punto. Me siento bien. Y la verdad es que a mi no me costó NADA. Es más, conocí Salamanca. Allí fue donde me mandasteis a ir a donar. Tuve la suerte de que vivía allí uno del pueblo y me enseñó la ciudad y flipé. ¡Qué pasada! Es preciosa.
Y después de acordarme y sentirme bien, me viene a la cabeza que si a los "talentos" que gobiernan este mundo se les ocurriese invertir el dinero que se gastan en ejércitos, armamento... en educación, investigación, etc. ya habrían muchas enfermedades en extinción. Por no hablar del hambre...Va todo seguido.
Si algo me hace sentir bien es el saber que con POCO de mi parte, los médicos, gracias a los avances científicos, salvaron una vida".