Puri
Hola a todos,
Mi nombre es Puri y tengo 34 años.
Yo tenía una vida normal, pero en diciembre de 2012 me empecé a encontrar muy mal. Tenía dolor de cabeza, dolor de muelas y una sensación de cansancio continua. Fui varias veces al médico, pero parecía que ningún diagnostico era acertado.
Un día me desperté de la siesta con todos estos síntomas y además, también un dolor de espalda muy fuerte. Llegados a ese punto, mis padres y mi pareja me convencieron para que fuera al Hospital Universitario de Valme, en Sevilla
Después de varias pruebas médicas, me dijeron que tenía que quedarme ingresada en observación porque tenía una infección en la sangre. Era el 27 de diciembre de 2012, tenía 28 años y en ese momento yo “sabía” que tenía leucemia. Se lo preguntamos al médico de urgencias y él nos dijo que era posible que así fuera. Aunque no fue hasta el día siguiente que me hicieron una punción lumbar y me confirmaron mis peores pensamientos: tenía leucemia mieloide aguda.
Ese mismo día empecé con la quimio. El médico nos dijo que debería haber ido antes al hospital puesto que estaba muy mal. Los días en aislamiento pasaban entre nauseas, fiebres, caída del cabello (cosa que nunca me preocupó, el pelo crece) y todo lo que conlleva una quimio tan fuerte (7 días durante 24 horas enchufada a la quimio).
Después de un mes aislada me dejaron ir a casa tres días, ¡¡qué felicidad!! Iba a poder pasear por la calle y respirar al aire libre. Lo primero que hice al salir fue ir a un parque a pasear. Tuve que volver a ingresar para seguir con el tratamiento y me informaron que tendrían que hacerme un trasplante de medula. Hicieron las pruebas de compatibilidad a mis padres y hermanos, y tuve la suerte que dos de mis hermanos eran 100% compatible conmigo. Decidieron que el donante fuera mi hermano mayor.
El día 2 de septiembre de 2013 ingresé en aislamiento en el Hospital Virgen del Rocio de Sevilla y empecé con el tratamiento para prepararme para el trasplante. El día 10 de septiembre de 2013 me hicieron la transfusión de las células madre de mi hermano, mi médula nueva, y volví a nacer.
Los días pasaban con morfinas para el dolor para las heridas que tenía en la garganta de tanto vomitar y con alimentación intravenosa, solo quería dormir y que pasaran. Hasta que llego el día 28 de septiembre de 2013 en que por fin salí de la cámara de aislamiento, ¡no me lo podía creer!
En los siguientes meses tuve que ingresar por diferentes razones: infección de orina, hepatitis… En noviembre de 2014 me diagnosticaron una enfermedad rara: síndrome de Guillain-Barre. Estuve 20 días ingresada con un tratamiento llamado plasmaféresis y me recuperé del síndrome por completo.
A día de hoy sigo con enfermedad injerto contra huésped en hígado, mucosas y aparato gastrointestinal, y como consecuencia del tratamiento prolongado con corticoides, tengo necrosis en la cadera y me tengo que poner una prótesis.
Lo bueno que he sacado de todo esto es que aprendes a valorar más todo y a disfrutar de las pequeñas cosas que te regala cada día la vida. Disfrutar más de los familiares y amigos, de dar un paseo por el parque... y ser mejor persona. Quiero agradecer al personal de ambos hospitales el trato recibido, por haber tenido siempre una gran sonrisa para mí, y por supuesto, a mis padres, hermanos, pareja y todas las personas que se han preocupado por mí: familiares, amigos, vecinos... Hoy escribo esto gracias a mi nueva medula, mi nueva vida.
TÚ TAMBIEN PUEDES DONAR SANGRE Y MEDULA, ¡¡REGALA VIDA!!