Ángel
“Mi historia es una de tantas que, de momento y por mucho tiempo, espero siga teniendo un desenlace muy positivo y alentador.
En mi caso, cuando me comunicaron la fatídica noticia de mi enfermedad (síndrome mielodisplásico tipo anemia refractaria con exceso de blastos), llevaba 2 años practicando deporte y compitiendo en algunas carreras de 10 km. Mi estado de salud era bastante bueno hasta que mi rendimiento comenzó a disminuir y sentía hormigueo en las piernas al subir dos tramos de escalera. Decidí hacerme una analítica y de ahí a lo que vino en poco menos de una semana no se lo deseo a nadie. De verme llevando una vida normal a ingresar en un hospital y comenzar con quimio en menos de cuatro días de ser ingresado.
Me hicieron muchas pruebas de todo tipo, transfusiones de sangre y plaquetas, etc. Empezaron la búsqueda de un donante de médula ósea no emparentado ya que ninguno de mis cuatro hermanos era compatible conmigo.
Después de varios meses apareció un donante 100% compatible gracias al fabuloso banco de donantes de médula ósea de la Fundación Josep Carreras al cual debo el poder estar hoy contando mi historia. Por desgracia en Canarias no podían hacerme el trasplante y tuve que desplazarme hasta Santander, al hospital de Valdecilla, en el que permanecí ingresado desde septiembre de 2016 hasta diciembre que me dieron el alta.
Todavía intento asimilar lo que me ha pasado porque fueron tantas cosas en poco más de un año que ahora, echando la vista atrás, parece que pasó hace mucho más tiempo. La atención recibida ha sido intachable, tanto en el Hospital Insular como en Valdecilla. Solo tengo palabras de agradecimiento y, por supuesto al registro de donantes de médula ósea. Y, como no, a mi esposa, que estuvo todo el tiempo a mi lado y me dio fuerzas para poder enfrentarme a todo lo que se me venía encima. Así que ahora tengo dos cumpleaños, el día en que nací, el 17 de mayo, y el día que me hicieron el trasplante: un 14 de octubre.
Tengo que decir que, a pesar de que hay muchos tipos de leucemia y que cada caso es diferente, mi consejo a los que estén pasando por algo semejante es aceptarlo cuanto antes. A pesar de lo negro que muchas veces te lo pinten los médicos, no hay que venirse abajo. Sé que es difícil de decir cuando estas con un catéter y apenas tienes apetito, pero piensa que es una etapa en tu vida. Como en una maratón a veces tienes tus momentos de bajón en los que piensas en tirar la toalla, pero ves pasar a los demás corredores y te dices a ti mismo “no voy a abandonar, voy a luchar hasta el final”. Retomas el aliento y sigues corriendo hasta que llegas a la meta y la cruzas. Aunque no llegues de los primeros, has luchado y lo has dado todo y esa satisfacción no te la quita nadie.
Mi situación actual es de remisión total de la enfermedad y, aunque siempre te dicen lo de que tu cuerpo ha aprendido a fabricar células malas, eso no me quita el sueño y miro al futuro con optimismo valorando cada día como un regalo y apreciando todo y a todos los que me rodean mucho más que antes. ¡¡Un fuerte abrazo a todos y a luchar!!!
Ángel