Maira
Hola,
Mi nombre es Maira y soy de Pontevedra. En julio de 2014 mi marido y yo compramos una casita pequeñita con la ilusión de que ahí crecieran nuestros hijos. Ya teníamos a una pequeñita que en agosto de este mismo año cumplió 2 añitos y yo embarazadísima de mi segundo hijo que nació en septiembre. Hasta ahí todo genial: casa nueva, niños sanos… la vida que siempre soñé.
Los días pasaron y después de sólo un mes y diez días de dar a luz, un fuerte dolor de espalda me despertó y me fue imposible calmar ese dolor. Una ambulancia me llevó al hospital y, bueno, ahí me quedé durante 8 meses, saliendo cada 15 o 20 días, después de cada quimio. Tenía leucemia aguda.
Me siento muy afortunada por haber recibido una donación de médula ósea de una persona totalmente anónima. Sólo sé que es un hombre americano. Mi principal esperanza era mi hermano, pero él no era compatible conmigo y mis padres ya no viven, así que a ese hombre americano le debo mucho.
Como ven no me centré mucho en contar como lo pasé durante todo el proceso ya que hay muchas historias relacionadas a eso. Me he querido centrar en contar que mi vida en ese preciso momento era ideal para mí, inimaginable lo que estaba por llegar, pero llegó. Llegó y de una manera lenta pasé por todo el tormento. Pero lo superé. Me costó mucho perderme el primer año de mi hijo y, por supuesto, despegarme de mi hija de sólo dos añitos.
Hoy tengo 31 años y esto ya pasó 2 años atrás. Sólo quiero dar ánimos a las personas que se enfrentan a esta enfermedad y que piensen en positivo. Todo es posible, existe curación. Aunque es difícil, no tiren la toalla.
Maira