Olga

"Hola, soy Olga.

En el año 2011, al hacerme un pre-operatorio para una intervención de un "carcinoma in situ" ginecológico, me descubrieron una anomalía en la analítica. Tenía las plaquetas disparadas.

Una vez repuesta de mi primera intervención (en un año me intervinieron seis veces), me repitieron la analítica y las plaquetas habían aumentado más. El especialista de la Seguridad Social me pidió varias pruebas, entre ellas un aspirado de médula y el diagnóstico fue que padecía trombocitemia primaria, vamos, que las plaquetas me aumentaban sin que se supiera muy bien la causa. Me derivaron al Hospital Clínic de Barcelona, al Servicio de Hematología.

Cuando llegué allí, me repitieron las pruebas, incluido el aspirado, y el diagnóstico fue: Leucemia Mieloide Crónica. Mi reacción fue decirle al médico: "Bien, me lo imaginaba. Aquí estamos. Y ahora ¿qué hacemos?, ¿un trasplante o alguna otra cosa? Porque yo, doctor, ME VOY A CURAR.  Me miró con cara de póker y me informó que no era candidata a trasplante y que debería tomar una medicación.

Desde septiembre de 2011 estoy tomando "San" Glivec 400 ® (Imatinib). He tenido (y sigo teniendo) montones de efectos secundarios: sequedad en piel y mucosas, se me han hinchado los ojos, fotosensibilidad, sudoraciones, rampas en casi todo el cuerpo, insomnio, náuseas, dolor de cabeza, agotamiento, unos resfriados descomunales, diarrea, se me ha rizado el pelo;).... y más cosas, pero no os quiero cansar, ni asustar. Algunos efectos son, podríamos decir "anecdóticos", otros, más molestos. Algunos han desaparecido, o se han ido amortiguando y otros perduran.

En este momento, gracias al Imatinib (y a mí, por qué no decirlo) mis recuentos son  CERO PATATERO.   Tanto es así, que me estoy librando de la punción medular que, no nos engañemos, es un poco fastidiosa. Las revisiones ginecológicas, también van muy bien.

¿Mi plan de vida?  SOBREVIVIR, que no es poco. Aunque parezca cursi, levantarme cada mañana, ver el cielo y tener la fuerza suficiente para poder sacar a mis perros a pasear.  Poder ver como mis hijos se van independizando y van construyendo una vida y que el ciclo vuelve a comenzar.  No tengo grandes planes. Creo que vivir, es el mayor plan de todos.

Quiero dar las gracias a mis hijos que han sido mi motor para luchar. A mi hermana por estar ahí.  A mis amigos por darme ánimos. A mis perros por mirarme y acompañarme.

Gracias al Doctor Enric Carreras que disipó mis dudas tras dos diagnósticos diferentes. Gracias a tod@s los que trabajáis en la Fundación Carreras por atenderme, por vuestra simpatía, por vuestro cariño no exento de profesionalidad. Sois fantástic@s.

Gracias a Josep Carreras, por haber convertido, quizás el peor momento de su vida, en algo tan positivo y que ayuda a tanta gente.

Por último, quiero hacer un llamamiento a todos para colaborar, en la forma que puedan, con la Fundación. Es tan sencillo ser donante de médula... y puedes salvar vidas y eso, no tiene precio."

Olga

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