Sandra
Mi nombre es Sandra y tuve leucemia linfoblástica aguda cuando tenía 18 años.
Cuando yo tenía 9 años, mi madre murió de leucemia mieloblástica aguda en la misma época que enfermo el Sr. Josep Carreras. En esos momentos yo pensaba que como él tenía más recursos podría ir a otro país a tratarse, mientras que nosotros perderíamos a mi madre... y lamentablemente, así fue.
Durante las olimpiadas de Barcelona'92 lloraba desconsolada al ver cantar al Sr. Josep Carreras, me dolía en el alma tras la reciente pérdida de mi madre. Quién me iba a decir a mí que, el 17 de diciembre de 1997, ingresaría de urgencias en el Hospital Germans Trias i Pujol por lo que parecía una anemia, que resultó ser una leucemia linfoblástica aguda.
Como podéis imaginar la noticia sentó fatal a mi familia, desesperados sin saber qué hacer y sabiendo que lo pasarían fatal tras la prematura pérdida de mi madre con tan solo 33 años. Yo solo tenía 18.
Todo empezó rápidamente: pruebas, quimio, más pruebas... En un principio los doctores hablaban de hacer un autotrasplante, e informaron a mi padre de que me quedaban alrededor de unos 2 meses de vida. No quiero ni imaginar lo que debió de pasarle por la cabeza, después de perder a mi madre y sabiendo lo que duele perder un hijo ahora que soy madre.
Entonces conocí a mi amiga Marta, quien fue una gran ayuda para mí. Me enseñó a hacer punto de cruz así se me pasaba el tiempo mucho más rápido. Después de unos cuantos bloques de quimio, comenzamos a hacerle pruebas a mi hermana y vieron que teníamos una compatibilidad de un 90%, así que nos pusimos manos a la obra: el 29 de mayo de 1998 ingresé en el Hospital Clinic de Barcelona para el trasplante.
Durante una semana me dieron varias sesiones de quimio y radio, y el 5 de junio me hicieron el trasplante. Todo fue genial, pues no tuve nada de fiebre, ni yagas, ni nada de nada. Tan bien fue que el dia 25 de junio me dieron el alta y pude celebrar mi 19 cumpleaños en casa y hasta el dia de hoy, no he vuelto a estar ingresada más que para los partos de mis dos hijos que es lo que más quiero en este mundo.
Muchas gracias a mi padre, a mi hermana y a mis tíos, ya que nunca podré pagar lo que en ese momento os hice sufrir, y también gracias al Sr. Josep Carreras, por montar la Fundación tras curarse: por esa razón estoy aquí.
A los que estáis en esto metidos: no desesperéis, hay que luchar mucho pero finalmente, todo pasará y quedará en un mal recuerdo que podréis contar, con el orgullo de haber vencido a ese fantasma llamado cáncer.
¡Un saludo!