Xavier

Me llamo Xavier Escudé soy de Hospitalet de Llobregat (Barcelona). En septiembre de 2012 tenía 45 años cuando me diagnosticaron Mieloma Múltiple (MM). Al principio no me lo creí. Me hicieron una punción medular y así se confirmó. En aquel momento todo se ralentizó, recuerdo que el doctor me explicó el tratamiento que seguiría y todos los pasos que irían realizándome. Yo no le oía, de aquel día solo recuerdo que el despacho en el que estaba tiene una ventana que da al exterior y se ven los edificios del barrio de Bellvitge y la cúpula de un hotel, que unas golondrinas sobrevolaban el cielo azul y poco más. Mucha información en un momento. Mucho miedo.

Empecé con el tratamiento de quimioterapia de forma inmediata durante ocho meses. Después, me sometí a un auto-trasplante de médula ósea. Todo esto duró un año y después volví a empezar otro tratamiento que me llevó a otro trasplante de médula ósea, en esta ocasión el donante fue externo, un hermano con alta compatibilidad. Volver a empezar de nuevo ya sabiendo lo que era fue muy duro. 

En todo este proceso, un familiar me recomendó hacer deporte o ejercicio y me regaló un bono de las piscinas de l’Hospitalet cerca de casa. La verdad es que pensé en no ir pero un día empecé a nadar y a hacer máquinas de mantenimiento y me sentí bien y muy relajado, aunque también bastante cansado. A mí personalmente, hacer ejercicio me ayudó a desconectar mentalmente durante el tiempo que lo practicaba y a estar físicamente preparado para lo que venía. 

Antes del diagnóstico hacía mountain bike, durante mucho tiempo había participado en carreras de larga distancia. En todo este tiempo no he dejado de hacer ejercicio, dedicándole cada día dos horas o dos y media de natación y máquinas. De vez en cuando salgo con la bici, ando por la montaña, voy a la nieve a esquiar o participo en maratones benéficas. Este mes de septiembre de 2017 hace un año del segundo trasplante y cinco desde que empecé con la enfermedad. Cada vez me siento más fuerte y mejor.

Quiero agradecer a todos los profesionales de la medicina que dedican tiempo y esfuerzo a intentar curar estas enfermedades tan agresivas, al trato siempre tan correcto y respetuoso con el que me atienden, y a la paciencia, que muchas veces no es poca. Muchas gracias a todos.

Cuando estuve ingresado en mayo de 2013 en la unidad de cámaras de aislamiento del ICO Duran i Reynals de l’Hospitalet recibí la visita inesperada del señor Josep Carreras con el que mantuve una breve conversación y me animó a seguir avanzando. Gracias a su fundación que hace posible que la ciencia siga investigando y progresando y que personas como yo tengamos una mejor calidad de vida dentro de las secuelas que padecemos.

Empenyent. Sempre Endavant.

Xavi

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