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La Enfermedad Injerto contra Receptor

La Enfermedad Injerto contra Receptor

14/02/2024
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Las siglas EICR significan Enfermedad Injerto contra Receptor, lo que hace algunos años se conocía como EICH (Enfermedad Injerto contra Huésped) y que, en inglés se denomina GVHD, Graft Versus Host Disease. La EICR es una complicación que puede ocurrir tras un trasplante alogénico de progenitores hematopoyéticos, lo que se conoce popularmente como un “trasplante de médula ósea de un donante”.

La EICR es una complicación por la cual, tras el trasplante, las células trasplantadas reconocen al receptor (al paciente) como extraño y le atacan de diferentes formas e intensidad. En el trasplante a partir de un donante de progenitores hematopoyéticos, las células del donante constituirán el nuevo sistema inmune del paciente. Es por este motivo que, en este tipo de trasplante, serán las células del donante “las que puedan rechazar” a las células del receptor y, por ello, es esencial que donante y receptor tengan un genotipo idéntico.  Se trata de la combinación HLA, los antígenos leucocitarios humanos.

Cuando hablamos de “rechazo” tras un trasplante, en el imaginario colectivo está el trasplante de órganos sólidos, un proceso en el cual el sistema inmunitario del receptor de un trasplante ataca al órgano trasplantado. Sería el caso de un trasplante de hígado, de riñón, etc… En el caso de la médula ósea, es al revés. Es el “órgano trasplantado” en este caso, un tejido (la médula ósea) la que detecta que “ese cuerpo no es el suyo”. Por ello, la EICR se denomina así: Enfermedad del Injerto contra el Receptor.

La EICR puede ocurrir de forma aguda y rápida (habitualmente en los primeros 3 meses tras el trasplante) o crónica. No todos los pacientes tienen EICR aguda y/o crónica. Pueden desarrollar uno o los dos tipos o, ninguno. Hay que destacar que, a veces, no es tan fácil diferenciar la EICR aguda de la crónica ya que se “solapan”.

La EICR aguda aparecerá normalmente de forma “rápida”, en los primeros 3 meses del trasplante (se habla habitualmente de los primeros 100 días post-trasplante). Es una complicación frecuente tras un trasplante de médula ósea alogénico. Su incidencia es variable, en general ocurre entre el 30 y el 70% de los pacientes, si bien con grado variable de severidad (la mayoría de los casos son leves y moderados).

Los tres órganos clásicos” que se pueden ver afectados por la EICR aguda son, por orden de frecuencia: la piel, el tracto gastrointestinal y el hígado. A menudo, los pacientes presentan febrícula o fiebre precediendo al inicio de los síntomas de EICR aguda.

 

La EICR crónica puede aparecer como extensión de la EICH aguda, tras un intervalo libre de enfermedad o sin precedente agudo. Los síntomas de la EICR crónica pueden limitarse a un solo órgano o estar diseminados. A pesar de ello, se considera una enfermedad multisistémica. Es por ello por lo que la implicación de otros especialistas (dermatólogo, oftalmólogo, neumólogo, digestólogo, ginecólogo, urólogo…) es muy importante.

De forma más habitual, en la EICR crónica los principales órganos afectados son la piel, la boca, los ojos, los pulmones, el hígado y las articulaciones. Por lo general, no son afecciones que pongan en riesgo la vida del paciente, pero impactan de forma muy importante en la calidad de vida del paciente. 

La incidencia de la EICR crónica es muy variable (30-80%). Su incidencia en niños es menor y aumenta en función de la edad del paciente. Entre los factores de riesgo para tener EICR crónica destacan el uso de sangre periférica como fuente de progenitores, el tipo de donante y el grado de disparidad HLA, la edad del donante y el haber padecido una EICR aguda previa. Generalmente, la EICR crónica aparece entre 3 meses y 2 años después del trasplante, pero puede surgir antes o, como hemos dicho anteriormente, “solaparse” con una EICR aguda.

 

El contenido ha sido posibles gracias a la colaboración de Sanofi. ¡Muchas gracias por vuestra colaboración!

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