Eduardo
Eduardo donó médula en el año 2002 y expresa sus sentimientos así:
"Es muy difícil expresar con palabras este sentimiento y esa sensación que te invade cuando has conseguido salvar a un ser humano desconocido para ti, sin embargo, sabes que a partir de ese instante existe una persona en cierto lugar del mundo que se ha convertido en tu hermano, aunque distante y anónimo. Por otro lado, también eres consciente de haber utilizado un don que Dios te ha concedido: el salvar una vida".