Flor

16/10/2015. Hola, soy Florencia Tatiana Sánchez. Soy de la zona oeste de Merlo (Buenos Aires) y tengo 13 años. El 28 de diciembre del 2014 me diagnosticaron leucemia linfoblástica aguda, común de aparecer en adolescentes. A mí me tocó justo cuando estaba por empezar mi adolescencia, de manera que nunca llegué a empezar esta etapa. Me la sacaron de las manos, la arrugaron como un papel y la tiraron como si fuera basura.

El pasado 28 de septiembre cumplí nueve meses de un tratamiento intenso, agotador y que, día a día, me ha ido destrozando pero que, a la vez, me ha estado curando. El 26 de septiembre de este año terminé con la quimioterapia y el 16 cumplí 13 años. Tengo que decir que ha sido como un sueño hecho realidad el poder llegar a los 13, haber terminado las quimios y estar en mantenimiento. Sólo pedía poder terminar de curarme. Espero que me crezca el pelo y que en mantenimiento salga todo bien. Sé que me tengo que cuidar muchísimo, como lo vengo haciendo, pero siempre está ese 50% de que pueda haber una recaída y que pasen cosas.

He estado nueve meses sin salir mucho, sin subirme a mis patines, a esas ocho ruedas que tanto extraño, sin poder hacer prácticamente nada, y quiero poder volver a ver a mis amigos como antes, a los cuales no he podido ver durante todo este tiempo. 

Ahora he empezado con pastillas, que tendré que tomar hasta finales del año que viene. Yo sigo luchando contra esto y el año que viene espero volver a tener una vida normal. Sé que me irán dando más libertad a medida que vaya pasando los controles en el Hospital Garrahan. Cada vez queda menos pero sé que todavía falta mucho.

A veces me derrumbo en llantos por tener un día para salir, por ser una chica normal por un día, pero no puedo por mi bien y esas son las cosas por las cuales a veces ya no quiero seguir. Pero sigo y acá estoy de pie y espero que me siga yendo bien como hasta ahora. Me costó mucho llegar hasta acá. Pasar cáncer es una lucha durísima que me ha llevado a vivir millones de cosas que nunca creí que iba a vivir: convulsiones que terminaron siendo ataques de nervios (es decir, ataques emocionales), tuve un hongo en los pulmones que se me fue a la sangre, tuve neumonía, tuve los intestinos inflamados dos veces (en una de ellas estuve sin comer ni tomar nada durante días), tuve una infección en los intestinos y varias cosas más. Además, hice reacción a dos quimios y me quedaba una. El hospital me dio una y las otras las tenía que conseguir yo y era muy difícil. Aunque me quedé sin una dosis de esa quimio, todo terminó saliendo bien.

Pero ya pasó y estoy acá luchando contra el día a día y creo que todo va a volver, porque me lo merezco. Merezco estar bien y tener la vida que quiero. Mientras tanto a luchar y a seguir remando. El miedo me persigue día a día y me cuesta más luchar contra el miedo a la muerte que luchar contra el cáncer.

Solo quería dejar mi historia. Es muy duro pasar por esto y siento que me está destruyendo, porque es verdad me esta destruyendo, y me derrumba pero estoy orgullosa de todo lo que logré hasta ahora, porque cada día que me levantaba pensaba: “¿Para qué seguir si solo me pongo mal?”. 

Por último, les quería contar que un día salí a la calle, a una plaza, con unos amigos que me acompañaron y pedí abrazos y palabras de aliento a gente desconocida. La gente me miraba con una sonrisa y yo respondía con la frente bien alta y sonriendo porque sabía que nada me iba a detener, ni me va a detener.

Página web actualizada 15/03/2019 10:38:13