Homenaje a Desirée
Desirée luchó duramente contra un linfoma de Hodgkin sometiéndose en diversas ocasiones a un trasplante de médula ósea, siempre con determinación, coraje y alegría. Desgraciadamente, no pudo superar la batalla contra la enfermedad però siempre nos quedará su energía y espíritu de superación.
Este es su testiomonio de lucha:
"Es un mundo desconocido hasta que te encuentras dentro... y es un mundo difícil de comprender y duro de llevar pero una experiencia increíble de vivir.
Desirée, en su 31º cumpleaños
Me diagnosticaron por primera vez el linfoma (de Hodgkin) en enero 2007. Un día me levanté con un bulto encima de la clavícula al lado del cuello y mi madre se empeñó en ir al hospital (yo no quería). Ya la cara que me puso la doctora de urgencias del ambulatorio no fue muy tranquilizadora y pese a que lo movió todo para empezar a mirarme el lunes con urgencia decidimos ir al hospital. En el hospital me hicieron el diagnóstico que cambiaría mi vida para siempre.
Yo era una chica de las que se mareaba haciéndose un análisis de sangre, pero ese día hubo un antes y un después. Fue recibir la noticia y mis miedos tontos desaparecieron. Fue un día duro para toda la familia: la mala noticia, mucha información y mucho que aceptar y asimilar. Al principio todo se te hace un mundo: pensar en los efectos que tendría la quimio en mí, la caída del pelo, las náuseas... No podía creer que eso me estuviera pasando a mí. Ese día yo y mi familia lloramos mucho pero a partir de entonces todos nos hicimos fuertes y tiramos con todo para adelante.
Fueron 6 meses duros pero que tuvieron un final feliz ya que me dieron la noticia que los ciclos de quimio habían sido suficientes y la masa cancerígena ya no tenía actividad. Bien, ¡¡me había curado!! Unos 26 años especiales en los que todos habíamos aprendido a ver la vida de otra manera y a apreciar cada pequeña cosa como si fuera lo mejor del mundo.
A partir de entonces he sido una persona muy muy feliz. He disfrutado de infinitos viajes, de conocer gente, de salir y de cada pequeña cosa que he encontrado en el camino.
Pero en noviembre de 2011 el destino me tenía preparada otra piedra en el camino. Empecé a tener fiebre y síntomas catarrales, fui al médico y me recetaron algo para un resfriado, pasó el tiempo y seguía igual y la cosa empeoraba, pasé por una bronquitis hasta una neumonía y hasta acabaron desapareciendo esos síntomas y la fiebre seguía estando ahí. Me hicieron un tac... y ahí estaba... volvía a estar la masa y está vez más grande. ¡¡Tenía una recaída!! Ni siquiera me había planteado en todo ese tiempo que eso pudiera pasarme, siempre que vas a las revisiones vas con un poco de miedo pero en el fondo no crees que te pueda pasar de nuevo a ti.
Entonces empezó la batalla más dura que he tenido que luchar y que sigo batallando. No podía creerme que hubiera vuelto, que me estuviera pasando de nuevo, lo que yo aún no sabía es que iba a ser todo más duro que la vez anterior.
Desirée, durante la Semana contra la Leucemia
Empecé con la quimio, ciclos de 3 días, descanso de tres semanas y luego 5 días de quimio enganchada a una máquina las 24h y descanso de 3 semanas. Resultó ser mucho, mucho más fuerte que la primera vez. Perdí todo el cabello enseguida, todos los síntomas se multiplicaron por tres respecto a la vez anterior pero yo seguí siendo fuerte y pensando que todo era por una buena causa: curarme y volver a la normalidad.
Cuando acabé la quimio fui a que me dijeran qué tal había funcionado y si ya podíamos hacer el autotrasplante. Estaba tan convencida de que estaría curada: había sido positiva, fuerte, luchadora... pero NO, la noticia fue que no había tenido el efecto esperado y que había que dar más quimio.
Otra vez varios ciclos de 4 días de quimio aún más fuerte, con habituales trasfusiones de sangre y plaquetas para paliar lo que estaba haciendo la quimio con mi organismo.
Acabé los ciclos y otra vez a revisión para saber cómo había funcionado. ¡Oh! parecían buenas noticias, la masa se había reducido, había poca actividad PERO no creen que el autotrasplante sea suficiente para acabar con el linfoma. El mal bicho no me quería abandonar.
El caso es que me programan el autotrasplante. Una vez ingresada resultó ser un poco mejor de lo que pensaba ya que por suerte, en lugar de ingresarme en una cámara sin ventanas, me tocó una habitación con ventana y cada día amanecía con la luz del día. Parece poco pero en ese momento para mí eso fue un mundo.
Llegó mi día "0" y todo fue más o menos dentro de lo normal de un autotrasplante. Es un proceso duro de pasar pero que tiene su final. Siempre supe que, en mi caso, las posibilidades de curarme con el autotrasplante eran de un 30%. Pero yo tenía mi esperanza hasta el final.
Volvieron las pruebas y la visita al médico... y, otra vez, malas noticias. Una parte de la masa ya no tenía actividad pero aún quedaba en una de ellas. El bicho se encuentra bien dentro de mí y va acostar mucho más echarlo de lo esperado. El caso es que el siguiente paso es un trasplante de donante de médula compatible.
¡Buffff! Llevaba meses conociendo gente, viendo casos y casos en la quimio de gente con leucemias, linfomas y mil cosas más que necesitaban trasplantes. Meses leyendo testimonios de gente en la página web de la Fundación Josep Carreras, a través de Pelones peleones, y demás y se me partía el alma de saber que había niños que perdían su vida por no tener un donante de médula, gente con familia, chicas y chicos jóvenes con toda la vida por delante que no tenían su donante.
Y ahora me tocaba a mí... ¡yo era la que necesitaba el trasplante. ¡¡Y tuve suerte!! ¡¡Por fin, tuve suerte!! Y tenía varios posibles donantes compatibles 100%. Me sentía y siento la chica más afortunada de la tierra, luego ya me preocuparía por lo que venía después. Por desgracia, aquí en España, no hay información suficiente ni la gente sabe lo fácil que es donar médula y es DONAR VIDA EN VIDA.
Ahora me toca empezar la carrera de fondo cuya meta espero esté cerca. Este siguiente paso me da un poco de respeto pero tengo listas mis mejores zapatillas para llegar muy, muy pronto a la meta. Es la única manera de que YO POR FIN LE PEGUE LA PATADA AL BICHO.
Estoy cogiendo fuerzas y positividad para que esta carrera de fondo sea como dar un paseo y por suerte estoy rodeada de gente que me ayuda a que todo este camino sea mucho más fácil.
Pese a que ahora me espera un camino duro que recorrer, encuentro cosas positivas a mi experiencia. He aprendido a valorar más la vida, las pequeñas cosas, a no enfadarme por cosas sin importancia, a tener siempre una sonrisa en la cara. Me siento feliz porque en ningún momento me he sentido sola y estoy rodeada de gente extraordinaria. En mi trabajo todo han sido facilidades. Es una experiencia DURA, MUY DURA, pero que te hace crecer como persona de formas insospechables.
Desirée, con sus padres y su pareja
Yo solo puedo dar las GRACIAS por tener la suerte de estar rodeada de GENTE MARAVILLOSA que ha hecho todo mi camino mucho más llano. Y para mi donante una eterna gratitud".
Desirée