Homenaje a María
Marzo 2015.
¡Hola! Mi nombre es Maria Moreno, tengo 25 años y soy de Melilla.
En octubre de 2014 me diagnosticaron un síndrome mielodisplásico, un tipo de cáncer de la sangre. Ya pasé los primeros ciclos de quimioterapia, que conllevaron un mes entero ingresada en el Hospital Carlos Haya de Málaga (!!!), y el 28 de enero de 2015 me sometí a un trasplante haploidéntico a partir de la médula ósea de mi padre. Actualmente estoy recuperándome poco a poco.
Lo he pasado muy mal... Estaba embarazada cuando me diagnosticaron y hubo que interrumpirlo. Estaba recién casada. El 16 de agosto de 2014 fue el mejor día de mi vida, pero poco después vino este palo tan increíble.
A pesar de todo, soy muy optimista y positiva y gracias a Dios hay grandes profesionales que hacen este camino de espinas uno de rosas. También tengo a muchísima gente conmigo, que lo pasan igual o peor que yo, pero que me apoyan cada día. En especial quiero agradecer el apoyo de mi marido, José Ángel Fernández Sánchez y de mi madre que son mis acompañantes y cuidadores, lo hacen con mucho amor y no podría tener otros mejores. A mi familia en general que sufren mucho también con todo esto y me dan mucho ánimo y cariño. También quiero nombrar a todo el equipo del Hospital Carlos Haya que nos cuidan de una manera inexplicable.
Gracias también a la Fundación Josep Carreras. Muchísimas gracias por la labor tan importante que hacéis. Nos ayudáis a llevar esto mejor y nos dais mucha fuerza para seguir adelante.
María
Este es el mensaje que nos deja María el día de su primer cumplevida:
28/01/2016. ¡Hola amigos!
Estoy muy feliz de contaros que el 28 de enero es mi primer cumplevida.
En marzo del año pasado contasteis mi historia, en la cual mi enfermedad comenzó como síndrome mielodisplásico pero acabó siendo leucemia. El trasplante tuvo que hacerse rápido sin tiempo a buscar donantes externos ya que mis hermanos no eran compatibles conmigo, así que pensaron en que mi padre, con el 50% de compatibilidad, fuese mi donante.
Después del trasplante pude disfrutar de la calle únicamente un mes porque en marzo me vino la enfermedad injerto contra huésped intestinal, que me dejó muy débil físicamente debido a la pérdida de peso que tuve en los 50 días de ingreso.
El 5 de mayo por fin me dieron el ansiado alta y poco a poco volví a acostumbrarme a estar en la calle pero vi que era incapaz de subir y bajar escaleras o simplemente levantarme del sillón sin ayuda, por lo que necesité rehabilitación, para la cual me abrieron las puertas en la Fundación Luis Olivares para atenderme y ayudarme haciendo una gran excepción conmigo ya que es una fundación para ayudar a niños con enfermedades oncológicas y a sus familias. Anteriormente no conocía dicha fundación pero desde el hospital me derivaron allí ya que los trámites para la fisioterapia en el hospital tardan mucho tiempo. Y desde aquí me gustaría darles las gracias por aceptarme sin tener por qué, sin mi querida fisioterapeuta no estaría lo bien que estoy ahora. Puedo decir que estoy tan bien que, desde hace unos meses, me hice voluntaria de la fundación en la que los sábados tenemos la escuela de música de la Fundación Luis Olivares. Sinceramente no sabía si iba a ser capaz de ver a niños que estaban pasando por un mal momento, pero ellos irradian fuerza, alegría, inocencia… Los niños siempre son niños aunque estén calvitos.
Tengo que decir que a los 3 y 6 meses después del trasplante me volvieron a hacer la punción de médula cuyos resultados siempre han sido positivos y sin rastro de enfermedad, cosa que lógicamente me hace la más feliz del mundo. Por ello, cada día que despierto me levanto feliz por vivir un día más. Valoro mucho cosas a las que antes no daba importancia.
Actualmente estoy muy fuerte y tengo muchas inquietudes, ganas de vivir, viajar, trabajar, disfrutar del día a día y de las pequeñas cosas. Por eso no dudé junto a mi compañero de vida en visitar Londres y Dublín, dos viajes que hicimos con mucha ilusión.
Cuando pasas por algo así conoces a muchas personas y siempre con algunas sigues manteniendo contacto, incluso puedes hacer amigos. Después de todo lo malo intentamos sacar cosas positivas.
Termino dando las gracias a todos los míos por estar: familia, amigos y personas conocidas porque me he sentido muy querida siempre.
Me gustaría haceros una petición, se necesitan personas "humanas" donantes de médula. Simplemente es sangre que puede darle la vida a alguien que necesita vivir que, desgraciadamente, ha tenido esa mala suerte de enfermar. Yo tuve a mi querido padre con su 50% pero es mejor tener más compatibilidad para tener menos rechazo. Por eso se necesitan muuuuuuchos donantes. Piensa que algún día podrías ser tú o alguien de tu familia. Nadie se espera nunca que le venga algo así. También creo que las instituciones podrían hacer más campaña e informar sobre ello porque hay mucho desconocimiento.
Y a todo el que esté pasando por algo así no tiene otra cosa que ser fuerte, pensar en positivo y luchar. Todo se consigue con paciencia y con ganas.
Queridos amigos, aquí os cuento un poquito de mi año de vida de trasplantada. Mil gracias a todos los que trabajáis en la Fundación Josep Carreras por ayudar a tanto.