Juan de Dios
En 2003, Juan de Dios donó su médula para una niña que sufría leucemia. Este es su testimonio:
"Recuerdo que al venir en coche del Hospital no hice ningún comentario, no deseaba comunicación, sino conservar el mayor tiempo posible, aún con el dolorcillo lumbar, la grata, extraña e inimaginable sensación de pensar que mi sangre medular recorrería el cuerpo de una niña.
Lejos de querer dar un tono sensiblero por tratarse de una niña. Hoy sigo pensando en un patio de colegio y una nena jugando.
La esperanza, como los clásicos nos enseñaron, sigue estando en el hombre y la mujer; sigue estando en la fuerza de la ciencia y en el buen uso de ésta.
Acabo queriendo contagiar a los potenciales donantes de la experiencia conmovedora que es intentar salvar una vida sin gran esfuerzo".