Lucas
Lucas fue un bebé precioso al nacer, 3 kilos y medio y muy despierto, demasiado para un recién nacido, y para nosotros fue especial sin saber por qué lo iba a ser.
Cuando tenía apenas un mes y medio, su cuerpo se empezó a llenar de granitos y una diarrea junto con un catarro, que nunca se iba, hicieron saltar la alarma en mí.
Después de 2 meses de médico en médico, por fin Lucas ingresó en el Hospital Niño Jesús de Madrid, donde rápidamente fue diagnosticado con Síndrome de Inmunodeficiencia Severa Combinada. Un caso entre 500 mil y ¡¡nos había tocado a nosotros!!
Los primeros días se nos vino el mundo encima, la única salvación para Lucas era un trasplante de médula ósea o de cordón. Rápidamente nos hicieron las pruebas de compatibilidad, pero ni su hermano era compatible, ni nosotros, así que empezó la búsqueda de un donante no emparentado a través de la Fundación Josep Carreras. Al cabo de un mes y medio llegó la gran noticia. Una unidad de sangre de cordón en Barcelona era compatible con Lucas.
A pesar de todas las dificultades que han habido, Lucas se recupera ya en casa poco a poco, gracias a sus ganas de vivir y a su sonrisa infinita que tuvo hasta en los peores momentos.
Gracias a la Fundación y a todos los donantes solidarios que existen en esta vida, porque sin ellos, todo sería mucho más difícil. ¡Un abrazo y ánimos a todos!
Maite