Rafa
Este es el testimonio de Rafa, un madrileño de 47 años que donó su médula ósea de forma altruista en abril de 2007 para un paciente de leucemia que necesitaba un trasplante y no disponía de un donante compatible entre sus familiares.
"Hola, soy Rafa y tengo 47 años. Hace unos años tuve la fortuna de donar parte de mi médula ósea a una persona que no conozco. Digo fortuna porque esta donación me aportó muchas sensaciones que enriquecieron mi alma ya que conocí a personas como el equipo médico del Hospital de la Princesa que son profesionales experimentados y que, sin su ayuda, no habría sido posible que mi médula llegara a un enfermo.
Deseo de corazón que esta persona se encuentre igual de bien que estoy yo, ya que dicha intervención no me ocasionó ningún trastorno ni físico ni mental, ni antes ni después de la donación. También fue muy importante el apoyo de mi familia, sobre todo de Gema, mi compañera de viaje en esta vida.
El día que me avisaron y me comentaron que tenía que hacer unas pruebas porque mi médula era compatible con un paciente, me quedé gratamente sorprendido y cuando se lo transmití a mi familia se alegraron mucho, aunque tuve que explicarles en que consistía todo porque la ignorancia produce temores.
Después me hicieron unas pruebas rutinarias para ver mi estado de salud y preparar la pequeña intervención, y al cabo de un par de semanas, llegó el momento de pasar por el quirófano (digo quirófano porque mi donación fue del tipo 'donante no emparentado por punción de la médula ósea'* y consiste en la extracción de parte de mi médula, por lo que realizan múltiples aspiraciones en los huesos de la cadera (crestas ilíacas) con unas agujas bajo anestesia general).
Así de pronto parece una intervención importante, pero os aseguro que el único riesgo es el propio de la anestesia como en cualquier intervención. Cuando desperté, mi satisfacción por ver que mi médula estaba de camino hacia una persona que la necesitaba superaba con creces las molestias que sentía en mis posaderas. Después de estar en el hospital atendido como un rey, me fui para casa a seguir haciendo mi rutina diaria.
Ojalá me llamen otra vez para hacer una nueva donación porque habría dos personas que se sentirían muy felices y dichosas en ese momento, una de ellas sería el enfermo que la reciba y la otra yo.
Gracias a todas las personas que trabajan en el anonimato y que hacen que se haga realidad los sueños de los necesitados".
* Las células madre hematopoyéticas, que son las que necesita el paciente, se pueden extraer mediante 3 formas diferentes. En primer lugar, a través de la donación del cordón umbilical de un bebé, ya que contiene pocas células madre pero muy ricas. En segundo lugar, un donante voluntario se presta a donar sus células. En esta situación, existen dos maneras de extraerlas: la que explica Rafa en su testimonio, denominada 'donación de médula ósea' y lo que llamamos 'donación de sangre periférica' que es la opción más habitual actualmente y más cómoda para el donante ya que sólo requiere una simple aféresis.
Infórmate de cómo inscribirte como donante de médula ósea AQUÍ