Toni
El 1 de agosto de 2014, mi marido, Toni, cumplía 40 años. Parecía encontrarse en perfecto estado de salud, pero, por una operación que tenía que realizarse para solucionar una rotura de ligamentos de la rodilla, se hizo el pre operatorio y, entre otras pruebas, una analítica rutinaria. Rápidamente nos avisaron que la analítica había salido alterada y que fuese a visitar a su doctora de cabecera de Sant Boi de Llobregat (Barcelona) inmediatamente.
Por suerte, pudo tener cita con su doctora de cabecera ese mismo día 1 de agosto por la tarde. Teníamos las maletas preparadas puesto que, esa misma tarde, después de trabajar, nos íbamos al pueblo donde estaban nuestros hijos, Iván e Iker, e iniciábamos nuestras ansiadas vacaciones estivales.
A las 4 de la tarde tenía la visita y allí es donde escuchamos por primera vez la maldita palabra: “proceso leucémico”. Tenía un nivel de plaquetas bajísimo. Nos hicieron ir al Hospital de Bellvitge y volvieron a hacerle analíticas, cultivos y un sinfín de preguntas. Él se parecía encontrarse en perfecto estado de salud.
Sobre las 9 de la noche ya tenía habitación en Instituto Catalán de Oncología en el Hospital Duran i Reynals de l’Hospitalet de Llobregat y se inició el duro proceso. Recuerdo perfectamente las palabras de la doctora ante sus explicaciones: “el objetivo es la curación”.
En un intervalo de 18 meses ha permanecido ingresado, en diferentes ocasiones, un total de 7 meses.
Le fue detectada una leucemia mieloide aguda e inicialmente estaba previsto un tratamiento de ciclos de 4 quimios. Posteriormente, se habló de un autotransplante de médula ósea, pero, por su situación, no fue posible y se acordó realizar un trasplante de médula ósea. A través del REDMO (Registro de Donantes de Médula Ósea) de la Fundación Josep Carreras no se consiguió localizar un donante de médula ósea compatible y la mejor opción que se encontró fue realizar un trasplante de células madre de la sangre de cordón umbilical.
El 17 de diciembre de 2014 se le realizó el trasplante de sangre de cordón umbilical. Así pasamos las Navidades del 2014 y el día de Reyes de 2015 en el hospital, con numerosas complicaciones como consecuencia de los efectos de las quimioterapias, el trasplante, infecciones del catéter, citomegalovirus, problemas en la piel... Incluso ha habido medicamentos que han sido tan duros como la quimio, por los enormes efectos secundarios que le produjeron.
Un momento muy importante para él fue cuando li sacaron la Pic del brazo y pudo ser libre y ducharse con total libertad.
Ahora hace 2 años del trasplante y Toni se encuentra bien, ha vuelto a la normalidad. En Mayo de 2016 incluso volvió a trabajar, a su rutina, su añorada rutina. Poco a poco, con sus limitaciones (continúa con los ligamentos rotos de la rodilla) hace una vida normal, y realizando caminatas, la última por la zona de Tavascan como se ve en la foto.
Con este relato quiero dar las gracias a Toni, mi marido, por su positivismo, por ser un gran luchador y a toda la gente, familia y amigos que han estado con nosotros tanto físicamente como en la distancia.
Y sobre todo a nuestros hijos, Iván e Iker, que son la razón de ser de nuestras vidas.
También quiero agradecer a la Fundación Josep Carreras por todo lo que hacen respecto a esta maldita enfermedad.
Maribel