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El linfoma de Burkitt en niños y adolescentes

La información proporcionada en www.fcarreras.org sirve para apoyar, no reemplazar, la relación que existe entre los pacientes/visitantes de este sitio web y su médico.

Francesc

Linfoma de Burkitt.

“En 2011 a Francesc, con solo 4 años, le diagnosticaron un linfoma de Burkitt, un cáncer del sistema linfático muy agresivo pero que respondía bien a la quimioterapia, según lo que nos dijeron los médicos entonces. La incertidumbre inicial dio lugar al coraje para afrontar un tratamiento duro, corto pero eficaz. Pasamos un verano diferente en el hospital, con unos protocolos quimioterápicos muy fuertes, pero también muy eficaces a la hora de eliminar los ‘bichos malos’. Hemos visto mucho sufrimiento en el hospital. Y mucha vida también. ¡Estamos muy agradecidos! ¡Hemos sentido el paso del tiempo, hemos aprendido a disfrutar de las cosas pequeñas, hemos aprendido a valorar la vida!”.

Información revisada por la Dra. Rocío Parody Porras, Médico especialista en Hematología. Miembro de la Dirección de REDMO (Registro de Donantes de Médula Ósea) y del equipo médico de la Fundación. Colegio de Médicos de Barcelona (Co. 35205)

El linfoma Burkitt, también conocido como linfoma de células pequeñas no hendidas, es un tipo de linfoma agresivo no-Hodgkin que afecta principalmente a niños y adolescentes o adultos jóvenes. Se presenta con más frecuencia en varones, por lo general, en las edades de 5 a 10 años. Hay tres tipos principales de linfoma de Burkitt: el esporádico, el endémico y el relacionado con la inmunodeficiencia. El linfoma de Burkitt esporádico se presenta en todo el mundo, el linfoma de Burkitt endémico se presenta en África central y el linfoma de Burkitt relacionado con la inmunodeficiencia se observa con mayor frecuencia en los pacientes infectados por el virus del VIH. Algunas formas del linfoma de Burkitt están relacionadas con el virus Epstein-Barr. Su nombre se debe al médico Denis Parsons Burkitt quien, trabajando en el África ecuatorial, describió la enfermedad en 1956.

  • La variante esporádica del linfoma de Burkitt (también conocida como la variante no-africana) está asociada a una infección por el virus Epstein-Barr.
  • La variante endémica (o africana) del linfoma de Burkitt ocurre en África ecuatorial o central. Es el cáncer más frecuente entre niños de esa región del mundo. Por lo general, estos niños también tienen una infección crónica por malaria y se piensa que ésta podría ser la razón por la que se ha reducido la resistencia al virus Epstein-Barr. Los niños africanos generalmente desarrollan este linfoma en la mandíbula o en otros huesos faciales.
  • La variante del linfoma de Burkitt asociada a inmunodeficiencia está relacionada en especial al virus del VIH o por una inmunodeficiencia debida a un trasplante previo o en casos de que un paciente esté recibiendo medicamentos inmunosupresores. 

El linfoma de Burkitt se inicia en los linfocitos B. Como hemos comentado anteriormente, algunos tipos de linfoma de Burkitt se asocian a una infección producida por el virus de Epstein-Barr o a un sistema inmunitario debilitado. El linfoma de Burkitt también puede resultar de una translocación cromosómica que afecta al gen Myc. Una translocación cromosómica significa que el cromosoma se ha roto. En el linfoma de Burkitt afecta al cromosoma 8 (locus del gen Myc). La variante más frecuente produce una traslocación del cromosoma 8 al 14 —t(8;14)(q24;q32). En muchos otros tipos de linfoma de Burkitt no existe una causa clara por la que se desarrolla.

Según el tipo de linfoma de Burkitt el paciente podría notar:

– Una inflamación de los ganglios linfáticos en la cabeza y cuello. Esta inflamación es frecuentemente indolora, pero crece de forma muy rápida.

– En el caso del esporádico, comienza en el abdomen y la zona del vientre con fuertes dolores, vómitos y nauseas.

Estas son las dos zonas más comunes, pero también se puede iniciar en otras zonas del aparato digestivo como páncreas e hígado, excretor como riñones, reproductivo como testículos y ovarios y también en el cerebro o líquido cefalorraquídeo.

Además, se suelen dar otros síntomas habituales de los linfomas como:

– Fiebre

– Sudoración nocturna

– Rápida y pronunciada pérdida de peso

Sensación de cansancio

Uno de los problemas del linfoma de Burkitt es que, en función de la zona afectada, puede costar diferenciar la enfermedad de otras que generan por ejemplo, oclusión intestinal y dolores de vientre.

Igualmente es importante diferenciarle con otros tumores y linfomas, y para ello es importante utilizar diferentes pruebas diagnósticas para diferenciarlo:

– Tomografías computarizadas de abdomen, pecho y pelvis.

– Biopsia de la médula ósea y del ganglio linfático.

– Análisis del líquido cefalorraquídeo.

– Hemogramas completos que incluya el lactato deshidrogenasa (LDH), enzima catalizadora que se encuentra en muchos tejidos del cuerpo, pero su presencia es mayor en el corazón, hígado, riñones, músculos, glóbulos rojos, cerebro y pulmones. Un nivel anormalmente alto puede ser indicativo de linfoma.

Sin tratamiento, el linfoma de Burkitt es rápidamente mortal. De hecho, es uno de los tipos de cáncer que se disemina más rápido. Por ello, los hematólogos inician rápidamente tratamiento de quimioterapia intensiva que incluye también quimioterapia intratecal (la administración de los fármacos antineoplásicos directamente en el líquido cefalorraquídeo). A la quimioterapia le puede acompañar otros tratamientos, como la radioterapia, los esteroides y otros medicamentos.

En algunos casos, poco frecuentes, en el caso de linfoma esporádico, es necesario realizar una intervención quirúrgica para extirpar segmentos de intestino obstruidos o perforados.

El tratamiento actual, si es empleado tras un diagnóstico precoz, puede conseguir la curación de más del 80% de los casos.

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*De acuerdo con la Ley 34/2002 de Servicios de la Sociedad de la Información y el Comercio Electrónico (LSSICE), la Fundación Josep Carreras contra la Leucemia informa que toda la información médica disponible en www.fcarreras.org ha sido revisada y acreditada por el Dr. Enric Carreras Pons, Colegiado nº 9438, Barcelona, Doctor en Medicina y Cirugía, Especialista en Medicina Interna, Especialista en Hematología y Hemoterapia y Director Médico de la Fundación).

Información revisada en noviembre de 2023.

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